
Asunción contiene múltiples oportunidades de acercamiento a la cultura nikkei, entre esas variadas opciones, la gastronomía es clave. Concurridos restaurantes o con ambientes más íntimos, mercados donde acceder a ingredientes para cocinar los platos en casa, ferias de comida organizadas por la colectividad. Así también, en el interior de una cocina, en algún punto de la ciudad, una pastelera nikkei cuida los detalles al presentar los dulces que darán a otros un momento de alegría.
Saori Nishijima es pastelera y nació en Japón. Ella representa claramente las dinámicas del intercambio cultural: su padre nikkei nació en tierra guaraní, se casó con su madre –paraguaya– y emigraron juntos al lugar donde Sahori nació. La madre entonces estudió y enseñó repostería. La niña creció en un entorno marcado por la alegría de mujeres que, encontrándose en la cocina, disfrutaban de estar juntas y saborear lo que horneaban, “eso me pareció cálido y siempre supe que quería ser pastelera yo también”, comenta Saori sobre su infancia. Al crecer se formó en repostería, estudió en Francia y hoy ofrece en Asunción productos que combinan sabores de países distantes, y que promueven un momento de acercamiento para otros.
Todo lo que yo hago, lo hago porque pienso en compartir… y eso se volvió mi trabajo”