Encarnación atraviesa grandes transformaciones urbanísticas. La costa del Paraná se ve majestuosa, igual o más que en la década de 1960, cuando los inmigrantes japoneses llegaron a esta ciudad por el río, para dirigirse a las colonias cercanas. La comunidad nikkei del lugar está hoy integrada a la sociedad encarnacena, sus miembros llevan adelante actividades profesionales y culturales que aportan a la construcción colectiva. Este es también el caso de los Takimoto.
Andy Takimoto (26) es ingeniero, su padre Ricardo (53) es arquitecto. Ricardo acompañó desde su adolescencia las obras de su padre Masaru –el abuelo de Andy–, quien se dedicaba a la construcción en madera; y fue así que empezó a interesarse por su oficio actual. El abuelo Masaru era carpintero, en un momento identificó la necesidad de los colonos que llegaban al país y debían instalarse rápidamente. Ideó un sistema de construcción prefabricada en madera que facilitó dicho proceso y que le permitió prosperar. Hoy Ricardo y Andy valoran los caminos que el abuelo abrió, las enseñanzas que les dejó, no solo relacionadas con el oficio del constructor, sino también con la disciplina, el orden, la seriedad y la responsabilidad, valores reconocidos por ellos como propios de su origen japonés.
Mi abuelo sigue viviendo en los trabajos que hizo. Así también con mi papá, cuando yo tenga nietos o bisnietos espero poder decirles: esto lo hizo tu abuelo”