En la ciudad de Encarnación, caracterizada por ser altamente comercial y competitiva se encuentra el emprendimiento “Mimarte Corazón” de la joven y talentosa Kaori Kurosawa. Ella es tercera generación de inmigrantes japoneses y oriunda de la Colonia Federico Chávez.
Su identidad es la que le permite diferenciarse y destacarse de las demás iniciativas en el rubro en el que trabaja en un contexto comercial como el de Encarnación, como ella lo señala “la ventaja de ser nikkei y emprender es que la gente confía más en vos y sabe que sos creativa, responsable y entonces es como que eso te da un plus a la hora de vender y que te elijan a vos”. Esta creatividad se expresa en la precisión y nivel de detalles en su principal producto que son los termos forrados “y también en todo lo que hago, es el diseño, porque lleva bordado y la gente mira mucho el tema del diseño, de la prolijidad y de la terminación. Por eso, lo más importante es, además de todos los otros procesos, el diseño en sí y las terminaciones”
Otro elemento que se destaca en las manualidades que emprende Kaori es que “Mimarte Corazón” nace y se desarrolla con la vida y el amor. El nombre está inspirado por el nacimiento de su primera sobrina “y además es ponerle muchas ganas a lo que una hace, es como que me levanto y hago algo que me gusta. Y sobre todo ponerle mucho amor a lo que una hace. Y todo lo que es hacer manualidades tiene que ver con eso, ponerle mucho amor y muchas ganas para que todo salga lindo”.
Para Kaori el emprendimiento no es tarea fácil, pero significa autonomía y conlleva mucha determinación y responsabilidad como ella lo dice “ser emprendedora es algo muy difícil, porque se trata de uno mismo, no trabajas para otras personas, sino que trabajas para vos. Y la verdad que me siento muy orgullosa de esto, porque emprender es hacerte de tu tiempo, administrar tu tiempo. Haces cuando querés las cosas y no cuando otros quieren”.
Su camino hacia la autonomía lo inició de bastante joven, cuando en el último año de colegio aprendió el oficio de la peluquería. Al poco tiempo empezó a trabajar en el rubro y a estudiar la carrera de Diseño. Todo esto le permitió incursionar en el mundo de las manualidades, inicialmente con la ayuda de sus padres y posterior a ello con sus propios ingresos e ingenio. De esa manera se recibió en la carrera de Administración de empresas, que le da un valor agregado a su emprendimiento.
Siendo consciente de las dificultades y con la tenacidad y determinación de avanzar en su proyecto, Kaori comparte su optimismo y sus sueños con la juventud nikkei “muchas veces los jóvenes queremos estudiar o trabajar en alguna oficina o cosas así, pero yo creo que es muy lindo emprender, porque de ahí conoces muchas cosas, personas, empresas y creo que es una buena oportunidad para que te conozcan y puedas hacer algo que te gusta, sacarle provecho y trabajar en ello”.
Gracias a su trabajo y emprendimiento ella mantiene lazos con la comunidad nikkei y considera que esa es una clave para seguir fortaleciendo la identidad. Además, valora los esfuerzos que hacen los demás miembros de la comunidad donde observa que “muchas personas trabajan para que nos mantengamos unidos, así como la cultura, las tradiciones, veo acá en Encarnación que los japoneses se reúnen para hacer las actividades, ayudan a la comunidad, son bastante unidos, creo que la comunidad nikkei tiene demasiadas ventajas y se le quiere mucho”.
“ser emprendedora es algo muy difícil, porque se trata de uno mismo, no trabajas para otras personas, sino que trabajas para vos. Y la verdad que me siento muy orgullosa de esto, porque emprender es hacerte de tu tiempo, administrar tu tiempo. Haces cuando querés las cosas y no cuando otros quieren”.