La colmena, fundada en 1936 por la primera ola migratoria de familias japonesas en Paraguay, históricamente caracterizada como la capital de la fruta, en la actualidad asiste a un proceso de cambio y de innovación. En este proceso se destaca la producción de lechugas hidropónicas desarrolladas por el joven ingeniero Takao Hayashi Kanasawa.
“En cuanto a la agricultura, como se dice, a un doctor, a un abogado le vas a necesitar un par de veces en la vida, pero a un agricultor le vas a necesitar tres veces al día sí o sí” sostiene Takao sobre la centralidad que tiene para él la producción agrícola en la vida de las personas. La cultura agrícola es para él una tradición ancestral y generacional que atraviesa la biografía de su abuelo, su padre y su hermano.
Esta tradición le orientó en la elección de su formación científica y su carrera profesional. A pocos años de iniciada la producción de lechugas hidropónicas, Takao participó del Primer Simposio Nikkei organizado por la JICA, espacio que le permitió compartir sus experiencias de trabajo como productor y contactar con la Cooperativa Pirapó, donde actualmente comparte sus conocimientos científicos y asiste técnicamente.
Además de su función de productor, Takao es vicepresidente de la juventud japonesa de la Colmena, desde donde aporta para fortalecer la integración de la juventud. Así también, es miembro de la Asociación de Ingenieros Nikkei del Paraguay, herramienta que le permite conocer, compartir e intercambiar conocimientos e información con sus colegas.
Para Takao, la familia es clave para alcanzar los objetivos y las metas propuestas. Él está agradecido de la formación recibida de sus padres, la enseñanza de la disciplina y la disposición a acompañar y ayudar a los otros. Gracias al soporte y apoyo de su familia pudo ampliar la producción de lechugas y construir sus invernaderos para una mayor y mejor producción.
Específicamente sobre la producción, distribución y consumo de la lechuga hidropónica, Takao cuenta que se inicia con la siembra de la semilla, con la espuma que se llama fenólica, que es un material inerte. Una vez germinado se traslada a una bancada maternal, donde están por lo menos dos semanas, donde se le da riego con fertilizante adecuado, luego se trasplanta a una bancada intermedia por diez días, y luego en la etapa final se trasplanta a la bancada final, donde se queda diez a quince días hasta la venta final. La venta de esta producción se realiza en la despensa de la casa familiar, se lleva a los supermercados y a las hamburgueserías locales.
Para que el ciclo de la producción sea exitoso y que tanto el productor como el consumidor sean beneficiados y queden satisfechos, Takao combina la dedicación, la constancia y la paciencia “ya que es una planta, se tiene que cuidar como si fuera un bebé, una criatura, tratando de darle las mejores condiciones para la producción”. Para él también es fundamental en todo el proceso la disciplina, “es lo primero, donde siempre uno tiene que tratar de valorar el esfuerzo que uno hace y lo que el otro hace también. Siempre en cuanto al buen funcionamiento se tiene que buscar la disciplina, mantener el orden en el trabajo para que una empresa, un emprendimiento, cualquier trabajo funcione”.
Su mirada sobre la disciplina fue consolidada en su viaje a Japón en el marco de una beca de manejo de suelo, experiencia que él describe como una de las más importantes de su vida, que le permitió conocer la tierra de sus ancestros y contrastar y aprender todo lo positivo de la cultura japonesa “uno valora la disciplina y el orden, es impecable, y la forma de trabajo en Japón”.
Takao reflexiona sobre las dificultades que atravesó su producción durante la pandemia, y cómo fue posible recuperar por medio de las redes sociales la conexión con los consumidores. Así también cuenta cómo la pandemia significó una oportunidad que le permitió explorar otros horizontes de trabajo y a crecer profesionalmente a partir de su inserción en la Cooperativa Pirapó.
De cara al futuro y hablándole a la juventud, Takao sostiene que siempre hay que tratar de buscar el bienestar común, tratar de producir, y tratar de incorporar una nueva forma de trabajo a la sociedad, “ninguna idea o emprendimiento que uno busca, aunque te digan que tu idea es un poco loca, si vos confías y si tenés personas que confían en vos, hay que tratar de emprender y de producir, ya que cuando uno es joven los errores son experiencias, y si tenés un error no pasa nada, siempre hay que tratar de mirar hacia adelante”.
“En cuanto a la agricultura, como se dice, a un doctor, a un abogado le vas a necesitar un par de veces en la vida, pero a un agricultor le vas a necesitar tres veces al día sí o sí”.